La vinificación por maceración carbónica es una técnica que implica la capacidad
de la uva para evolucionar rápidamente desde un metabolismo respiratorio a un metabolismo
de tipo fermentativo en el momento en que las uvas se colocan a una atmósfera extremadamente
pobre en oxígeno y enriquecida con dióxido de carbono (fig. 1).
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Figura 1. Diagrama del proceso de vinificación por
maceración carbónica. 1
MA: metabolismo anaeróbico de la uva; FAL: fermentación alcohólica; FML: fermentación
maloláctica; M: maceración; Ød: combinación de temperatura ( ºC) y tiempo (días).
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Este método se desarrolló y llevó a cabo por vez primera en el año 1934, cerca de
la ciudad francesa de Narbona.1
Antecedentes
Existen tres grupos interdependientes de fenómenos que participan en la primera
etapa de fermentación-maceración del proceso de maceración carbónica: el metabolismo
anaeróbico de la uva, los intercambios mediante la difusión y la fermentación alcohólica
con levaduras.
La uva se prensa después de haber sido macerada durante un determinado período,
variable según la temperatura de la uva y el tipo de producto a obtener. En la segunda
etapa, la fermentación alcohólica de los azúcares residuales de los mostos flor
y de los mostos de prensa se completa con las levaduras. En función de la situación
particular, se puede provocar o no la transformación maloláctica.
Metabolismo anaeróbico de la uva
La singularidad de este método se halla en el tratamiento del metabolismo anaerobio
del fruto. Las uvas que han mantenido su integridad, evolucionan rápidamente hacia
la maceración carbónica, cuando se introducen en una atmósfera pobre en oxígeno
(< 1 %).
La baja producción de etanol, CO2 y subproductos (ác. succínico, etc.)
del metabolismo anaeróbico proviene principalmente de la reducción de azúcares,
así como del elevado catabolismo del ácido málico sin producción de ácido láctico.
El ácido málico juega un papel clave, ya que se sintetiza débilmente por la carboxilación
ß en una atmósfera rica en CO2.
El ácido tartárico no se degrada. Se producen cambios en el nitrógeno de la uva:
se incrementa la concentración de la mayoría de aminoácidos, especialmente del ácido
γ-aminobutírico, disminuyen los contenidos de nitrógeno proteico, y varían
en función del tiempo los polipéptidos de cadena corta y de las fracciones peptídicas.
Los correspondientes recorridos metabólicos se ilustran en la figura 2.
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Figura 2. Metabolismo anaeróbico de una célula de la
uva. 1
Rutas probables
del metabolismo anaeróbico de la uva en hipoxia
Intercambios
entre los compartimentos celulares.
Abu (ác. aminobutírico g), Aoa (ác. oxalacético), a Cgl (ác. cetoglutárico a), Cit
(ác. cítrico), Fum (ác. fumárico), Glut (ác. glutámico), Mal (ác. málico), Pep (ác.
fosfoenolpirúvico), Pyr (ác. pirúvico), Shi (ác. shiquímico), Suc (ác. succínico),
Ethal (etanal), Ethol (alcohol etílico), Gluc (glucosa), Pro (prolina)
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La uva se puede considerar como un fruto relativamente resistente a la anoxia, porque
conserva una carga energética considerable en forma de adenilato durante el metabolismo
anaeróbico. La concentración de algunos mRNA, la identidad y función de los cuales
permanecen desconocidos, se incrementa durante la maceración carbónica, produciéndose
la inducción de ciertos polipéptidos. En los estudios realizados, no se ha podido
evidenciar ninguna forma aromática original relacionada con el metabolismo anaeróbico.
En cambio, sí se ha observado un gran incremento de γ-butirolactona, acetoína,
ácido cinámico y terpenos (para las variedades muscat), mientras que el contenido
de la fracción C6 en alcoholes y los aldehídos (notas grasas) disminuye
en el mosto sujeto al metabolismo anaeróbico en comparación con los controles.
Intercambios mediante la difusión. Fermentación
Durante la primeras etapa, los intercambios se producen entre el fruto, la atmósfera
gaseosa y el mosto del fondo del depósito, procedente de la uva aplastada en el
encubado o la maceración en un tanque de maceración carbónica (fig. 3)
El metabolismo anaeróbico modifica profundamente la composición del medio (el mosto
procedente de las uvas aplastadas progresivamente durante la primera etapa). Quizá
este cambio estimula y orienta el metabolismo de las levaduras y de las bacterias
lácticas con una posible consecuencia en las características organolépticas del
producto final, el vino.
En el transcurso de la primera etapa, las levaduras reaccionan en un medio que se
incrementa volumétricamente y que tiene una composición variable. Esta variación
es debida a la acción de microorganismos, pero también a la continua adición de
mosto procedente de las uvas, la evolución del cual se ve beneficiada por el hecho
de que el metabolismo anaeróbico varíe según el período del proceso.
Durante la segunda etapa de la fermentación, las levaduras y las bacterias lácticas
se encuentran en un medio rico en azúcares de los mostos prensados, con un índice
elevado de crecimiento microbiano. Esto explica la velocidad de fermentación durante
la maceración carbónica, la rápida «estabilidad biológica» de estos vinos y la eventual
competición entre los diferentes microorganismos.
Gestión de la vinificación
Vendimia, transporte y encubado
Es muy importante que la uva recolectada sea tratada con tanto cuidado como sea
posible, antes de llegar a la bodega. Cuanto más se preserve la integridad de la
uva, más fácil será la evolución hacia el metabolismo anaeróbico. Así, pues, las
uvas sin pecíolo y sometidas a anaerobiosis, sintetizan menos alcohol que aquellas
que lo conservan. Eso limita la utilización de la mayor parte de las recolectoras
mecánicas actuales para las variedades de uva «muy resistentes».
Además, el mosto que se escurre de la uva podrida o aplastada fermenta rápidamente
debido a las levaduras presentes. En estas condiciones, la proporción de la vendimia
que experimenta el metabolismo anaeróbico es muy reducido o nulo, como consecuencia
de los cambios que se producen en la uva. Para concluir, desde la vendimia hasta
el encubado, las logísticas de la uva que provocan cambios físicos en el fruto son
contraproducentes al desarrollo de la maceración carbónica. Por ejemplo, si se duplica
la capacidad del recipiente, aumenta la presión ejercida sobre la uva del fondo
y, como resultado, se incrementará (de un 15 hasta un 25 %) la cantidad de uvas
sumergidas.
La vendimia se ha de descargar en un recipiente, previamente llenado de CO2
(este gas puede obtenerse de cualquier otra cuba en fermentación), de tal forma
que se limite todo lo posible la ruptura de la uva al caer. Después del encubado,
es preciso mantener la aportación externa de CO2 hasta que el nivel de
fermentación genere suficiente cantidad de este gas. Es preciso tener en cuenta
que la uva absorbe cantidades variables de CO2, dependiendo de la temperatura
de la vendimia (50 % del volumen del recipiente a 35 ºC). Ello, provoca una aspiración
de aire exterior y la consiguiente demora en el inicio del metabolismo anaeróbico
Primera etapa de fermentación-maceración
La uva encubada se puede hallar de tres formas distintas:
- Uvas enteras sumergidas en una atmósfera gaseosa rica en CO2.
- Uvas aplastadas en el encubado o prensadas dentro del tanque; el mosto de esta uva
(que se ha beneficiado del metabolismo anaeróbico durante algunos intervalos de
tiempo) pasa a una fermentación.
- Uva aún con el pecíolo, sumergida en el mosto de las uvas aplastadas.
En esta etapa coexisten tres de los siguientes fenómenos (ya enunciados anteriormente):
- Metabolismo anaeróbico de las uvas enteras, en atmósfera gaseosa y en mosto (en
el último caso, la acción del metabolismo anaeróbico se modifica en gran medida).
- Fermentación del mosto del fondo de la cuba y, ocasionalmente, inicio de la transformación
maloláctica.
- Intercambios mediante difusión entre uvas enteras y prensadas, pecíolos, atmósfera
gaseosa y mosto en fermentación.
La temperatura en la que esta primera etapa se lleva a cabo es de suma importancia.
En general, se obtiene un vino con la mejor estructura manteniendo la vendimia a
unos 30-32 ºC durante un tiempo de maceración adecuado. Un intervalo entre 15 y
20 ºC nos permite obtener vinos muy finos, pero sólo durante unos meses.Por esta
razón, se recomienda determinar una temperatura óptima adecuada al tipo de producto
deseado. Por ejemplo, para obtener la temperatura adecuada, la vendimia se puede
realizar durante las horas más calurosa del día o calentando el tanque. A pesar
de que esta última opción no resulta fácil en el momento de la implementación (el
calentamiento de una masa de vendimia heterogénea), existen técnicas para optimizar
una temperatura deficiente. Esto incluye recipientes con paredes dobles o con un
fondo que permite la circulación de un fluido calefactor, el calentamiento del mosto
del fondo del recipiente, y la inmersión rápida de la vendimia en mosto caliente,
entre otros.
La duración de la primera etapa también es muy importante para determinar las características
finales del vino. El enólogo ha de racionalizar los valores de la combinación: temperatura
de la vendimia encubada/ duración de la acción de esta temperatura. De ese modo,
podrá ser capaz de orientar la producción hacia un vino que se bebe joven (primeur)
o hacia otro que envejecerá bien (de garde).
Actualmente, existe un interés creciente por los vinos de maceración carbónica de
largo recorrido (vins de garde) y que, ocasionalmente, envejecen en barriles
de roble. Así, al final de la primera etapa, el contacto entre el vino y la vendimia
se mantiene entre unos días a uno o dos meses. Cuando los efectos del metabolismo
anaeróbico están lo suficientemente avanzados, algunos elaboradores utilizan el
remontado añadiendo enzimas de maceración. En ocasiones, los resultados obtenidos
confirman el interés de esta técnica.2
Es posible que el elaborador quiera compensar insuficiencias de la vendimia o modificar
el desarrollo de fenómenos naturales. Este seria el caso de la acidificación del
mosto o de la fermentación con levaduras seleccionadas. Las cantidades de coadyuvantes
a utilizar se puede calcular sobre el volumen potencial total del mosto, lo cual
supone utilizar concentraciones elevadas para los volúmenes reales de mosto en el
encubado (el mosto del fondo del tanque). Estas cantidades hacen posible incrementar
la eficiencia del SO2, además de purificar la atmósfera, pero también
existe la posibilidad de que impidan la creación de levadura. Es preferible llegar
a un compromiso, que consiste en reducir las concentraciones de sustancias añadidas
al mosto del fondo del recipiente.
Descubado. Prensado
En la maceración carbónica, el mosto proporciona vinos de mejor cualidad desde un
punto de vista organoléptico, que otros vinos elaborados a partir de mostos que
no hayan pasado por esta fase. Los mostos de prensa son más ricos en azúcares residuales
y en la cantidad de alcohol potencial total; la uva que no ha estado sumergida en
el mosto, «absorbe» una fracción de compuestos volátiles (alcoholes, aromas, etc.)
a partir de la fase gaseosa, mediante la difusión.
Segunda etapa de fermentación
Debido a la gran capacidad de desarrollo de los microorganismos del mosto a partir
del metabolismo anaeróbico, es esencial fomentar la finalización de la fermentación
alcohólica con levaduras antes que las bacterias lácticas, por la presencia de azúcares
residuales, puedan provocar una producción excesiva de ácidos lácticos y acéticos
(conocidos como piqûre lactique) durante esta etapa. Además, no siempre
conviene mezclar mostos de prensa con mostos flor, para completar la fermentación.
La segunda etapa es muy rápida en la mayoría de los casos: entre dos y siete días
para la fermentación de la lavadura y unos cuantos más para la fermentación maloláctica.
De vez en cuando, los dos fenómenos acaban en el mismo momento. Ello explica la
gran capacidad de los vinos de maceración carbónica para ser elaborados y consumidos
jóvenes. A pesar de ello, es un error limitarlos sólo a esta categoría.
Áreas de aplicación de los vinos de maceración carbónica
Características
En general, se trata de vinos con valores más bajos de densidad, extracto seco y
acidez fija en comparación con vinos obtenidos de vendimias aplastadas, cuando la
primera etapa de fermentación-maceración se produce a la misma temperatura. Esta
relación se puede invertir cuando la combinación temperatura/duración de la acción
de la primera etapa de la maceración carbónica conduce a extracciones, por ejemplo,
de polifenoles.
Los aromas florales y afrutados del tipo primeur, que son muy intensos
en el caso de los vinos jóvenes, se atenuarán gradualmente hasta ser sustituidos
por otros equilibrios aromáticos. Con el tiempo, los cambios en la composición de
los vinos de maceración carbónica (y también en otro tipo de vinos) también dependen
de las características de la primera etapa de su desarrollo. Por lo tanto, las preferencias
de los catadores evolucionarán gradualmente de vinos elaborados a temperaturas bajas
hasta vinos resultantes de una maceración a temperaturas más elevadas.
Usos
La plasticidad de la vinificación por maceración carbónica nos permite obtener una
amplia gama de vinos a partir de la misma materia prima: vinos primeur
y noveau con sus aromas característicos; vinos de alta cualidad que envejecen
bien (vins de garde); vinos básicos que envejecen en barriles de roble,
vinos «tecnológicos», que se utilizan para mejorar mezclas; vinos «estárter», para
iniciar la transformación maloláctica, etc.
Especialmente utilizada para elaborar vinos tintos, la maceración carbónica ya se
ha utilizado con gran éxito para crear vinos rosados (sobre todo en mezclas con
vinos tintos) y vinos licorosos (V.D.N.). En este último caso, los vinos presentan
una paleta extraordinaria de diferentes aromas en el caso del muscat y de aromas
de envejecimiento (cacao) en variedades como la garnacha negra.
Las restricciones técnicas impuestas por la maceración carbónicas (vendimia de uva
entera, volumen del tanque, control de la temperatura, etc.) casi siempre se compensan
por el beneficio que se obtiene de los vinos conseguidos.
Bibliografía
- Flanzy C. «1. Métabolisme anaérobie et maturation du raisin» y «2. Vinification
par macération carbonique». A: Flanzy C. Œnologie .Fondements scientifiques et technologiques.
TEC & DOC Lavoisier, París, 1998; 1: 561-578; 2: 779-789.
- Flanzy C., Samson A., Boulet J.C., Escudier J.L. «Vins de garde élaborés par macération
carbonique». Rev Française Œnologie 2001; 191.
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[30.05.09]
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